jueves, 8 de septiembre de 2011

constitucion politica


ARTICULO  12. Nadie  será  sometido a desaparición  forzada,  a torturas ni a
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.



secuestro y torturas
Lo que la organización armada de las FARC viene haciendo con los secuestrados civiles y militares es algo que se inscribe en los anales de la barbarie y de las conductas históricas de lo más degradado que puede poseer el género humano. Quien somete a otro a prisión, tortura o violencia alguna por sus ideas está destruyendo lo que distingue al ser humano del animal irracional e incluso supera el salvajismo de los más predadores que posee el planeta en que vivimos.
En la Historia de la Humanidad ha habido, desde los tiempos más remotos, acciones del género que las FARC aplican: en la India, se dice por los historiadores, los sivaístas, bajo la dominación de de los Pandya, en el siglo XIII, Maravarman mandó empalar a 8.000 jainistas. Y lo hacían bajo la influencia religiosa y política de las castas dominantes. Recordemos que la Inquisición quemó y torturó a miles de personas, que Hitler hizo lo propio y también Stalin. Pues los miembros de las FARC no son inferiores a esa tradición.
No puede haber una organización que se pueda presentar como progresistas, demócrata o de similar factura que llegue a lo que nos muestran esas imágenes de los secuestrados por esa organización armada que afirma, aún, que lucha por los intereses populares en contra de la oligarquía y el imperialismo.


No puede haber justificación o explicación alguna para mantener a un ser humano en las condiciones en que esa organización tiene a sus secuestrados así sean militares y menos civiles que no forman parte de la estructura política del Estado o del gobierno de turno.
Las luchas revolucionarias han sido y deben ser contra la estructura de un modo de producción o de un régimen determinado no contra ciudadanos inermes y menos contra personas que políticamente no tienen poder represivo. La señor Ingrid es un personaje que no venía identificándose con el gobierno de entonces, que es crítica del régimen imperante, que proponía soluciones económicas, sociales y políticas para el pueblo colombiano. Estemos o no de acuerdo con sus programas, nunca puede ser ni siquiera objeto del trato que se le ha dado por parte de sus secuestradores. En la guerra hay prisioneros y rehenes pero los civiles no pueden entrar en esos espacios; más aún, hay normas internacionales que regulan el trato a los prisioneros de guerra y ese trato ha de ser digno de una persona y no tratamiento de torturas y vejaciones de clase alguna.
Los secuestrados por las FARC sufren el tratamiento de campos de concentración nazi; nunca podrá alegar quien los tenga que ese tratamiento sea justo. Este hecho deslegitima cualquier carácter ideológico y político de una organización que procede así con las personas. Con este hecho se liquida toda posibilidad política de esa clase de organizaciones, jamás podrá tener autoridad alguna para presentarse ante la comunidad, cualquier clase de comunidad, para pretender dirigirla. Esta clase de hombres y mujeres quedan por fuera de todo respeto y credibilidad política y legitiman cualquier clase de gobierno que los persiga para obtener su captura y castigo bajo leyes que toda la comunidad acata como norma de convivencia humana.
y para finalizar hay q decir


no a la violencia